“Para mí, la buena educación de mi hijo no solo se mide por las notas que obtiene, sino por los valores que va aprendiendo en el colegio. Me gusta ver que respeta a sus compañeros, que sabe escuchar y que poco a poco va siendo responsable con sus deberes. Yo creo que la escuela y la familia debemos trabajar de la mano, porque lo que aprende en la casa se refuerza en el aula, y lo que vive en el aula se refleja en su comportamiento en casa.”

“Yo pienso que la buena educación significa preparar a los niños para la vida, no únicamente para los exámenes. Mi hija está aprendiendo a ser solidaria, a compartir lo que tiene y a cuidar del entorno. Eso me llena de orgullo, porque sé que el conocimiento académico es importante, pero también lo es formar personas con valores y actitudes positivas. Agradezco que el colegio tenga actividades que fortalecen tanto lo académico como lo humano.”

“En mi experiencia, una buena educación se logra cuando el niño se siente motivado y feliz en su colegio. Mi hijo llega contento, cuenta lo que aprendió y se siente parte de su curso. Para mí eso vale mucho, porque sé que un niño que se siente seguro y respetado va a aprender mejor. La buena educación no es solo disciplina, también es acompañamiento, cariño y el ejemplo que damos tanto los padres como los profesores.”

“Considero que la buena educación se refleja cuando los niños aprenden a ser autónomos y responsables de sus acciones. En el colegio mi hijo está adquiriendo hábitos de estudio y también valores como la honestidad y el respeto. Eso me da tranquilidad, porque sé que no solo se está formando para aprobar un curso, sino para ser una persona íntegra en el futuro. Para mí, esa es la verdadera esencia de la educación.”

“Yo veo la buena educación de mi hija en la forma en que trata a los demás. Ha aprendido a ser respetuosa, a esperar su turno y a expresar sus ideas con confianza. Eso me demuestra que en el colegio no solo se preocupan por enseñarle matemáticas o lenguaje, sino también por formar su carácter y su manera de relacionarse. Para mí, ese equilibrio entre conocimientos y valores es lo que hace que la educación sea realmente completa.”